Nuestro taller es más que un espacio de trabajo: es donde la madera cobra vida.
Entre herramientas, virutas y aromas intensos, cada pieza se construye con dedicación y paciencia.
Acá no hay producción en serie, hay manos que conocen el oficio y ojos que buscan belleza en lo simple.
Cada veta, cada nudo, cada textura nos guía.
El tiempo no apura: lo acompaña.
Así trabajamos. Así sentimos.
Conocé nuestro local y sentí la calidez de la madera en cada detalle.